Cerca de 70 estudiantes participaron en el primer “Taller de anatomía radiológica de tórax” organizado por docentes de Anatomía de la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso Campus San Felipe. La actividad buscaba utilizar conocimientos de anatomía radiológica para lograr una integración adecuada de la radiología a la semiología de tórax.
Si bien surgió para estudiantes de Medicina, por su utilidad, se decidió hacerlo extensivo a alumnas y alumnos de otras carreras de la salud de la UV. Así, participaron estudiantes de primero, tercero, cuarto y sexto año de Medicina de ambas sedes, y de Obstetricia y Tecnología Médica.
Menos memoria, más pensamiento crítico
El profesor Cristián Uribe-Vásquez, kinesiólogo, MBA y Magíster en Ciencias mención Anatomía Humana, explicó que el modelo tradicional para enseñar anatomía radiológica revela que las estrategias docentes y los métodos de evaluación enfatizan tareas de memorización y no necesariamente un razonamiento anatómico y radiológico. “Por esa razón, el taller está diseñado en actividades de aprendizaje que van desde reconocer estructuras anatómicas hasta describir, analizar y deducir signos radiológicos, mediante experiencias de aprendizaje activas exigentes que generen motivación y pensamiento crítico”, indicó.
La estrategia de aprendizaje en anatomía radiológica de tórax permite descubrir las relaciones que existen entre las partes de un todo a partir de razonamiento crítico o creativo. Su estructura se fundamenta en los principios anatómicos y radiológicos de la región de tórax fundamentalmente mediante el uso de radiografía de tórax y apoyo didáctico con tomografía computada y esquemas, que buscan el incremento en las competencias específicas del alumno que debe estudiar radiología de tórax.
El taller contempló presentaciones sincrónicas que permitieron a los participantes contextualizar y reflexionar sobre contenidos de anatomía y radiografía de tórax. Luego, mediante el debate del material visto y experimentado, se identificaron las preguntas claves para guiar la reflexión.
La actividad tuvo una duración de tres horas cronológicas y fue muy bien evaluada por las y los estudiantes, según sus comentarios finales.