Especialistas y terapeutas reiteraron la necesidad de incorporar la espiritualidad al modelo de salud
Generar diálogo y reflexión sobre la necesidad e importancia de incorporar la dimensión espiritual a los diferentes ámbitos y quehaceres vinculados a la salud, considerando de manera simultánea las perspectivas bioética, científica, clínica, docente, política, ancestral y práctica, fue el objetivo de la III Jornada de Espiritualidad y Medicina, cuyo título fue "Un Puente de integración desde la academia".
El encuentro, que tuvo lugar en el Campus de Reñaca, fue organizado por el Departamento de Humanidades Médicas y Medicina Familiar de la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso y reunió a más de un centenar de profesionales, especialistas, terapeutas, docentes y estudiantes de las más variadas disciplinas.
Su programa fue inaugurado por el director de la Escuela de Medicina, Rodrigo Vergara, quien valoró la consolidación de lo que definió como “un espacio destinado a promover el avance de un modelo de salud centrado en las personas”.
También intervino la directora de la unidad organizadora, Liliana Contreras, quien sostuvo que la incorporación de las humanidades es hoy un elemento esencial en la formación de los futuros médicos y profesionales de la salud.
Temas
La III Jornada de Espiritualidad y Medicina UV consideró una serie de conferencias y mesas de discusión, además de presentaciones artísticas.
En estas instancias intervinieron el doctor en Filosofía y Letras Francisco León, quien abordó el tema desde una concepción bioética; los médicos Alfredo Rodríguez y Erna Ripoll, quienes en conjunto abordaron aspectos derivados del acompañamiento espiritual en el final de la vida y las bases biológicas de la conexión espiritual, respectivamente; y los especialistas en medicina familiar Carolina Jara y Sebastián Fuentes, quienes se refirieron a los perfiles de competencias profesionales en los cuidados espirituales en salud.
Este último, quien además fue el coordinador general de la jornada, sostuvo que uno de los principales desafíos en este ámbito es lograr que la relación entre medicina y espiritualidad se aborda desde un enfoque centrado en los pacientes y no en la tecnología.
“Es la persona atendida quien pone de relieve la cosmovisión y prácticas culturalmente pertinentes, lo cual exige al profesional que la atiende poner sus propias creencias o visiones entre paréntesis. No obstante, para un adecuado abordaje de esta profunda dimensión se requiere realizar un trabajo personal del terapeuta, que le permita a este último encontrar un puente genuino de contacto entre ambas cosmovisiones, de modo que pueda experimentar la compasión para saber construir una relación vincular con su paciente”, enfatizó Fuentes.
Tras su intervención le correspondió hacer uso de la palabra a Iván Coñuecar, lonko de la comunidad We Foliche Amuleaiñ, quien dio cuenta de la cosmovisión mapuche, y la nutricionista y doctora en Sociología Irma Vargas, quien analizó el tema desde la mirada de las políticas públicas.
La jornada concluyó con siete talleres: autocuidado y espiritualidad, acompañamiento al final de la vida, meditación, entrevista clínica, concentración desde la visión mapuche, modelos de atención y biodanza.