80 estudiantes de primer año de Medicina fueron investidos con el tradicional delantal blanco y piocha institucional

Un total de 80 estudiantes de primer año de Medicina UV Casa Central fueron investidos con el tradicional delantal blanco, piocha y credencial institucional, símbolos que lucirán en los campos clínicos en los que deban desempeñarse.
La solemne ceremonia fue encabezada por el decano de la Facultad de Medicina, Dr. Antonio Orellana; el director de Escuela, Dr. Julio Riquelme; y el jefe de carrera, Dr. Cristian Papuzinski. A ella asistieron también docentes, representantes del Centro de Estudiantes de Medicina UV, y familiares de las y los alumnos investidos.
En su discurso, el jefe de la carrera, Cristian Papuzinski, invitó a cada estudiante a dar lo mejor de sí y asumir los desafíos de la profesión con rigurosidad y principios éticos. Indicó que los delantales blancos son un símbolo tangible del compromiso de quienes lo usan con la profesión, con ellos mismos, con la universidad y la sociedad.
“Estudiar medicina es también una decisión ética, porque involucra un modo de relacionarse y de comportarse no sólo con el paciente, los compañeros o el equipo de salud, sino con la sociedad. Optamos por vincularnos con los otros, quizás en las dimensiones más sensibles de la vida: en el nacer, en el crecer y en el proceso de enfermar y también de morir. Es por ello que debemos estar a la altura, con una postura que migre desde la individualidad a la colectividad, con valores como la cordialidad, el respeto, la responsabilidad y la compasión”, expresó Papuzinski.
Reconocimiento
En este ceremonia se realizó además un reconocimiento a la exdocente Dra. Liliana Contreras por su aporte y contribución al perfil humanista de la malla curricular de la carrera de Medicina, que este año cumple veinte años.
En su presentación, el Dr. Papuzinski indicó que la Dra. Contreras “fue una de las impulsoras del perfil de egreso que hoy nos guía, el cual promueve una medicina centrada en el ser humano como un ser biopsicosocial con una mirada inclusiva, respetuosa de la diversidad y comprometida con los derechos humanos”.
La Dra. Liliana Contreras recibió con emoción el reconocimiento. “Este equipo fue partícipe de esta ceremonia de investidura que además de ser muy hermosa, tiene un tremendo significado. Creo que los ritos son importantes y necesarios porque contribuyen a entregarnos identidad y conectarnos con los valores más trascendentes de la profesión. Este es el primer eslabón en un largo camino”, dijo.
El director de Escuela, Dr. Julio Riquelme, llamó a las y los estudiantes a no olvidar que la medicina es una profesión esencialmente humana que trabaja con personas que además están sufriendo. “Es la esencia que hace tan especial a esta profesión. Debemos cultivarla a través del respeto, cordialidad yresponsabilidad. Al mismo tiempo, no olviden que ustedes ingresan a una institución pública, nuestra labor como partícipes del sistema de salud y del sistema de educación pública es retribuir a la sociedad. Nos debemos a la sociedad, especialmente a los que tienen menos recursos”, dijo.
Palabras de compañeros
En representación del Centro de Estudiantes, las alumnas Carla Vergara y Antonia Damiani entregaron un mensaje a sus compañeros. “Este delantal representa humanidad, ética, empatía y compromiso. Llévenlo con orgullo pero también con humildad, recuerden que detrás de cada paciente hay una historia, una familia y una vida que merece ser escuchada y respetada”, señalaron.
Estudiantes de primer año dieron lectura al Código de Honor, y posteriormente el jefe de carrera junto a la profesora Gloria Pino dieron curso a la entrega de delantal, piocha, mochila y credencial.
A nombre de la generación, las estudiantes Ailyn González y Constanza Iglesias agradecieron a sus padres y familiares que les apoyaron en el proceso para acceder a la carrera.
“Queremos que este compromiso que hoy adquirimos nos impulse cada día a ser nuestra mejor versión para ser los médicos humanitarios que el futuro necesita”, agregaron.
Para finalizar, el decano de Medicina, Dr. Antonio Orellana, también les dedicó algunas palabras y les invitó a ejercer la medicina como un espacio de interacción de tres dimensiones unidas entre sí: arte, ciencia y humanismo.
“Buscamos formar intelectuales equilibrados con mentalidad científica y altura humanística. En lo ético debemos cuidar que el interés por la ciencia nunca supere el interés por el paciente. Y en lo cultural cuidaremos que el médico sabio no impida la formación del hombre culto”, dijo.








