OFEM promueve uso de simulación clínica en el proceso de enseñanza-aprendizaje-evaluación de Medicina
Hasta hace pocos años, los y las estudiantes en las carreras de la salud pasaban de la formación expositiva en aula a una formación clínica, pero cada vez cobra más fuerza el empleo de la simulación clínica como una herramienta intermedia en el proceso de enseñanza-aprendizaje-evaluación, dado los buenos resultados evidenciados, especialmente en materia del impacto emocional del estudiantado.
La simulación es un conjunto de métodos que facilitan a los estudiantes la adquisición de habilidades y destrezas clínicas, en escenarios semejantes a los reales, sin poner en riesgo a los pacientes.
El coordinador del Consejo de Simulación de Medicina UV (SIMUV), Dr. Felipe Verscheure, comentó que la simulación clínica posee estándares internacionales con evidencia de mejores prácticas. “Esta no surge como una herramienta superior o en reemplazo de otras, sino que ocupa un nicho que otras metodologías no utilizan. Llena ese espacio intermedio, generando una transición en un entorno seguro para que el/la estudiante pueda llegar a trabajar con pacientes, habiendo adquirido algunas habilidades de manera previa y minimizando el riesgo de daño”, señaló.
Medicina UV actualmente tiene un 8% de ocupación del tiempo disponible en el SIMUV, y para avanzar en su uso y el desarrollo de experiencias en las diferentes asignaturas de Medicina UV, la Oficina de Educación Médica (OFEM) organizó la 8a Jornada de Educación Médica con un taller práctico de simulación.
La coordinadora de la OFEM, Dra. Cecilia Montero, expresó que esta jornada se enfocó en el uso esta herramienta de enseñanza-aprendizaje-evaluación a través de una fase on line y dos talleres de simulación, uno para cada sede.
La simulación clínica podría emplearse en una gran diversidad de asignaturas, dependiendo del objetivo que se plantee -comentó Verscheure-, ya que sus aplicaciones son amplias. “La simulación mejora la adquisición de resultados de aprendizaje en un segundo nivel y modifica el comportamiento de los futuros profesionales, incorporando algunos elementos para su práctica asistencial, como también modificando la forma de la estructura en la toma de decisiones de trabajo en equipo, por ejemplo, y en cuarto nivel de educación ha demostrado que los equipos que se entrenan con simulación reducen la mortalidad de sus pacientes en un 13%. Son pocas las intervenciones en salud que, unidas, tengan tanto impacto como el entrenamiento en equipo mediante simulación”.
Según el docente, la simulación debiera ubicarse como una antesala para el estudiante entre el aula y su práctica asistencial. Y cuando el/la estudiante ya está en su práctica asistencial, debiera aparecer como una forma de entrenamiento continuo o de adquisición de nuevas competencias en un entorno seguro antes de trabajar esas competencias con los pacientes. “Por lo tanto, no se reemplazan, son complementarias”, dijo.
Entre las barreras que obstaculizan un mayor uso de la simulación clínica, Verscheure observa la falta de conocimiento o de experiencia, de tiempo de los clínicos, de formación en simulación, de espacios que permitan a los docentes descubrir lo que es la simulación, y de recursos, porque implica inversión de recursos.
Jeanette Giglio, docente del Integrado de Sistema de Reproducción Humana en tercer año y de la Clínica de la Mujer en quinto año, participó del taller. “Me interesa para perfeccionarme y ponerme al día, porque partí como autodidacta. Ha sido muy enriquecedora la experiencia, amplía el horizonte de lo que se puede hacer con los alumnos y afina cómo hacer las cosas, qué esperar y qué exigir a los alumnos”, dijo.
El Dr. Patricio Thieme, docente de ICM II, señaló “Tenemos docentes que diseñan los casos y los vamos a revisando en conjunto. Los aplicamos para situaciones de violencia de género e intrafamiliar, espiritualidad, anamnesis o entrevista. Armamos las fichas y los ponemos en práctica para formación y evaluación. Primero, un actor es entrevistado colectivamente por los estudiantes y luego, un actor es entrevistado por el/la estudiante en clases. En la última instancia, de evaluación, deben poner en práctica este desempeño. Es gradual”, precisó.
Pablo Vidales, coordinador del Integrado de Introducción a la Cirugía, quien participó del taller en San Felipe, consideró muy buenas estas actividades que permiten ponerse en el lugar de las/los estudiantes. “En estas instancias se aprenden todos esos detalles que en la práctica se olvidan, y permiten ponerse en el papel de los estudiantes, bajar un nivel, para darse cuenta de las cosas que puede ir corrigiendo en la simulación”, dijo.