Con invitados provenientes de Argentina, Italia, Colombia, Brasil y Chile se realizaron las VII Jornadas de medicina narrativa y IV de Humanismo en salud, organizadas por el Laboratorio de Medicina Narrativa en Viña del Mar, las que convocaron a un centenar de personas en torno al cultivo de la curiosidad.
En el primer día destacaron las conferencias del filósofo español y experto en bioética narrativa, Tomás Domingo Moratalla, la filósofa de la medicina Diana Aurenque y, al finalizar, la conmovedora conferencia acerca de literatura y dolor de la experta en literatura Andrea Kottow.
La finalización del primer día de la jornada estuvo marcada por la presentación del documental: "Reconstruyendo el relato de lo humano en la medicina", disponible actualmente en Youtube https://youtu.be/bkR2zHm-Hug La actividad fue dirigida por el Dr. Paulo Gnecco, ex alumno de la Escuela de Medicina UV.
Autoridades universitarias y educadores médicos asistentes coincidieron en las necesidades de cambio que los currículos de medicina y ciencias de la salud requieren hacia un humanismo genuino presente en la formación de las y los estudiantes.
Realización de talleres
Durante el primer día se realizaron talleres grupales para practicar aspectos de la medicina narrativa en distintas locaciones: Pablo Duca, médico y actor argentino realizó una puesta en escena y reflexiones usando el poemario de su autoría “Hospital de Agudos”; el equipo de medicina gráfica de Medicina UV, liderado por Juan Pablo Gigoux y la alumna Carolina Contreras, realizaron una propuesta de medicina gráfica; Rodrigo Vergara y Leonor Irarrázaval desarrollaron un taller de reflexión poética; y el médico UC Juan Carlos Claro, orientó a cómo educar aspectos relacionados a la muerte a través del uso de patografías.
La apertura del segundo día estuvo a cargo de la destacada y premiada escritora nacional Macarena García Moggia y su conferencia “Arte y curiosidad”. Posteriormente se presentaron en plenario las comunicaciones que obtuvieron las más altas calificaciones en el proceso de selección.
Nuevamente, el grupo asistente se dividió para realizar algunos talleres, entre los que destacó por la alta convocatoria el de “Arte y escritura autobiográfica”, realizado por la enfermera y doctora en filosofía del arte, Sabina Ferro, quien, desde Italia y con su experiencia de trabajo en diferentes escenarios museales, pudo poner a disposición de asistentes prácticas narrativas del sí mismo.
"Estas jornadas fueron como estar en una gran orquesta donde cada uno tocaba un instrumento, pero todos estábamos unidos por la misma música, que se llama la medicina narrativa. Algunos también tenían su parte como solistas, pero siempre con una relación e intercambio mutuo con la orquesta. El descubrimiento ulterior fue el de la armonía: todos trabajando por objetivos comunes a distancias planetarias y teniendo el deseo de conocerse para realizar intercambios y crecer. El cultivo de la curiosidad se puso en práctica convirtiéndola en atención para el descubrimiento de conexiones”, señaló Sabina Ferro.
Otras interesantes propuestas de ese día fueron realizadas por: Diana Aurenque, “Nietzsche y la medicina”; Andrea Kottow, “Literatura y medicina”; Carla Benaglio, “Eco narraciones”; y Beatriz Carballeira, “Relatos antes de dormir”.
Conferencia plenaria de cierre
La conferencia de Adriana Valdés, destacada escritora chilena, miembro del directorio de Puerto Ideas, primera mujer en presidir La Academia Chilena de la Lengua y el Instituto de Chile, destacó por la profundidad y al mismo tiempo el humor que desplegó en su interesante conferencia denominada “Humanismo, Siglo XXI y educación”.
El cierre final del evento estuvo a cargo del superintendente de Educación superior, José Miguel Salazar, quien se refirió a la importancia de la humanización de la educación en las escuelas de la salud en Chile. Al mismo tiempo consignó como la falta de ella está afectando fuertemente a los estudiantes de distintas carreras de la salud, e hizo un fuerte llamado por enmendar el rumbo en ese aspecto.
Para la directora de las jornadas, Pía Flores, este encuentro fue un espacio de mucha cercanía con las delegaciones de Argentina, Brasil, Colombia y de distintos lugares de Chile como, Concepción, Arica, Santiago y hasta Punta Arenas. “Había una riqueza humana muy viva y palpable. La curiosidad se expresó en las conferencias sino también en los talleres donde las personas pudieron explorar desde la práctica, desde el hacer, desde la reflexión compartida con distintos expositores tanto locales como del extranjero y eso pudo enriquecer la experiencia de cada uno”.
