“Recuerdos”: Medicina presentó libro del doctor Kenneth Jones, destacado médico, exdocente y pionero de la pediatría en Chile
“En 2011, cuando cumplí 85 años, atendí a mi último paciente. Durante los 68 años que estuve ejerciendo (…) trabajé en casi todas las instancias de la medicina pública y privada, desde ser pediatra en una oficina salitrera hasta director de un hospital del Servicio Nacional de Salud. (…) Podría haber seguido más tiempo, pero no me agradaban los grandes cambios en la atención. (…) La llamada ‘medicina defensiva’, que obligaba a recetar medicamentos y a pedir exámenes innecesarios para evitar acusaciones de negligencia, ni los pacientes que llegan pidiendo tratamientos específicos que han encontrado revisando internet. (…) Por estos días, doy charlas gratuitas a pequeños grupos de amigos y vecinos sobre puericultura, alimentación y estrés. Y como ven, acá me tienen escribiendo libros relacionados con la medicina. Porque el secreto del buen envejecimiento es mantenerse ocupado y útil, y ese será el tema de mi próximo libro”.
Así inicia y concluye “Recuerdos”, el volumen de memorias escrito por el destacado médico viñamarino de ascendencia inglesa Kenneth Jones, uno de los impulsores y forjadores de la Pediatría moderna en Chile, quien a sus 97 años sigue siendo fiel a la promesa que él mismo se hizo de joven: vivir para dejar huella.
El texto, una amalgama de vivencias y anécdotas narradas en 150 páginas que dan vida a una parte de lo que ha sido la historia de la medicina local, regional y nacional, y que según la propia definición de su autor no alcanza a ser una biografía sino solo el testimonio de una época pasada, fue presentado oficialmente durante una ceremonia que tuvo lugar en la Facultad de Medicina de la Universidad de Valparaíso, en Reñaca, en cuya Escuela de Medicina el doctor Jones ejerció como docente e investigador desde su creación hasta 1995.
La actividad fue encabezada por el decano Antonio Orellana y a ella asistieron —entre otras autoridades académicas— la vicedecana Susana Cáceres y la directora de la Escuela de Medicina, Catherine Soto. También estuvieron presentes la esposa del reconocido pediatra viñamarino, Janet, junto a algunos de sus hijos, nietos, bisnietos, amigos, colegas y discípulos.
Entre estos últimos figuró el exdirector del Servicio de Pediatría del Hospital Carlos van Buren de Valparaíso, José Atalah, quien en la ocasión comentó el libro del doctor Kenneth Jones y, de paso, rindió tributo a su trayectoria profesional, como discípulo privilegiado de maestros de la talla de Joaquín Luco, Héctor y Raúl Croxatto, Cristóbal Barahona, Rodolfo Armas Cruz, Fernando González y Juan la Rivera, entre otros.
“En su libro, este pionero de la gastroenterología pediátrica y poseedor de un admirable currículo como médico infantil, docente e investigador, nos da cuenta de una parte importante de la historia de su especialidad, marcada por dos límites: 1943, año en que ingresó a estudiar medicina, y 2011, cuando dejó de ejercer la profesión. Sus páginas son un tapiz de anécdotas matizadas con las relaciones que trabó con sus colegas y grandes maestros de las ciencias y la medicina, tanto en Chile como en el extranjero, las que relata haciendo uso de un lenguaje sencillo, entretenido y de fácil lectura. Es, en resumen, bajo el enfoque de este amigo que nada tiene de crítico literario, una brillante exposición de una vida entregada con pasión y fervor a la medicina”, sostuvo el doctor Atalah.
Su intervención fue agradecida por el autor, quien en un breve pero sentido discurso reconoció sentirse emocionado.
“Yo ya me siento parte de la historia. Y, por eso, siento la obligación de escribir lo que he vivido. Siempre bajo una consideración práctica, surgida del hecho de que ustedes, que viven en un mundo tan distinto al que experimenté en 1950, seguramente no alcanzan a comprender lo que significa haber comenzado a ejercer la medicina cuando no había ni vacunas ni antibióticos. Lo que enfrentamos en esa época podría ser considerado hoy una brutalidad. Pero, a pesar de ello, parece que hicimos muy bien las cosas. En ese entonces la mortalidad infantil afectaba a 180 de cada mil niños, mientras que hoy esa cifra es de menos de dos dígitos. Todo lo que viví, mis recuerdos, es casi imposible de separar de esta profesión que practiqué durante tantos años. Mi deseo ha sido, en definitiva, compartir todo lo que aprendí”, concluyó Kenneth Jones.
La ceremonia de presentación de su libro finalizó con una alocución de su bisnieta Elisa —seguidora de sus pasos, ya que en la actualidad cursa su internado de Pediatría en Santiago—, quien agradeció a su bisabuelo por todo lo que le ha enseñado; en especial, la humanidad y la conexión con los pacientes. “No me queda nada más que decir que tus más de sesenta años de dedicación a la medicina han sido y son una auténtica joya”, puntualizó la joven.
Testimonio de una época
Kenneth Jones nació el 14 de enero de 1926 en Viña del Mar. A los tres años emigró junto a su familia a Inglaterra, la tierra de sus ancestros, donde cursó su escolaridad y se enamoró de las ciencias naturales. Regresó a Chile en 1940, en los albores de la Segunda Guerra Mundial, sin saber una palabra de castellano, idioma que debió aprender mientras revalidaba sus certificados de estudios secundarios. Tres años después ingresó a la Universidad Católica de Santiago para estudiar medicina, carrera de la que se tituló en 1949. Al poco tiempo, y mientras se formaba como especialista en pediatría, ejerció un tiempo como médico ad honorem en el Hospital Luis Calvo Mackenna, recinto en el que se enteró que la Compañía Salitrera Tarapacá y Antofagasta buscaba reclutar a un pediatra para que ejerciera en sus oficinas ubicadas en pleno desierto de Atacama. Fue seleccionado casi de inmediato y permaneció en el Norte durante los siguientes dos años.
En 1952 decidió retornar a su ciudad natal y se incorporó al Servicio de Pediatría del Hospital Enrique Deformes. Tras una década en ese recinto, pasó a ser parte del equipo médico del Hospital de Niños de Valparaíso, que a los pocos meses de su arribo pasó a llamarse Hospital de Niños Jean y Marie Thierry. En el intertanto, en 1961 obtuvo una beca de perfeccionamiento en el Great Ormond Street de Londres, el hospital más antiguo de habla inglesa dedicado a la atención de niños.
En 1971, siendo ya un reconocido especialista infantil, se trasladó al Hospital Carlos van Buren, recinto en el que más tarde asumió la jefatura de su servicio de Pediatría, unidad en la que permaneció hasta 1977, cuando gracias a la obtención de una beca de Unicef inició un periplo de diez meses que lo llevó a Inglaterra, África y la India, donde prestó asistencia y colaboró con decenas de médicos extranjeros.
Tras retornar una vez más a Chile, en 1978 asumió diversas funciones en el Servicio Nacional de Salud y en diversos centros asistenciales públicos y privados, al tiempo que retomó sus obligaciones académicas en la sede Valparaíso de la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile, en la que se inició como docente en 1959, y que en 1981 pasó a ser la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso, de la que llegó a ser profesor titular y jefe del Departamento de Pediatría hasta 1995.
Desde entonces, continuó ejerciendo diversas responsabilidades, y se dedicó a la investigación y la publicación de trabajos científicos de enorme trascendencia, en particular en el ámbito de la gastroenterología infantil. Paulatinamente se fue retirando de todas estas actividades y comenzó a escribir. En 2011, a la edad de 85 años, atendió a su último paciente.