La generación de estudiantes experimentará por primera las clases presenciales, tras dos años a través de una pantalla.
Una emotiva y esperada ceremonia de investidura protagonizaron las y los 39 estudiantes de tercer año de Medicina Campus San Felipe, a la que asistieron acompañados de sus padres y familiares más cercanos.
El rito académico marca el inicio del ingreso de los estudiantes a los campos clínicos, por lo que, junto con ser investidos con el tradicional delantal blanco, suscribieron el código de honor ante las autoridades universitarias.
En sus palabras, el director del Campus, Francisco Pantoja, resaltó la importancia de este hito para los estudiantes de medicina y los instó a asumir las actividades prácticas con mucha responsabilidad, buscando impactar positivamente en las personas y sus comunidades.
Por su parte, la directora de Escuela, Catherine Soto, dijo que “el delantal que reciben simboliza un compromiso con los pacientes, con la profesión, con la sociedad y con su propio cuidado. Para asumir el cuidado de otros primero se debe asumir el autocuidado en todas las dimensiones. Los invito a asumir este compromiso con alegría porque simboliza el logro de muchos años de preparación”.
Posteriormente, la jefa de carrera, doctora Ana María Julio, dio lectura al Código de Honor en el que las y los estudiantes asumen el compromiso público de respetar las normas institucionales y de los centros hospitalarios, los derechos e integridad de los pacientes y cumplir a cabalidad con las tareas que se les encomienden.
En representación del Centro de Estudiantes de Medicina Campus San Felipe, Monserrat Villar les dedicó unas palabras. “Les alentamos a enfrentar con ímpetu, coraje y alegría este desafío que continua. Como tal vez ya lo han vivido, no todo será fácil, como en toda aventura hay altos y bajos, pero los malos momentos logran ser superados con el apoyo de sus seres queridos, sus familias, amigos y, sobre todo, con sus propios compañeros compañeras”, dijo.
La estudiante Constanza Hidalgo Tapia, en representación de su generación, señaló que no fue fácil vivir los dos primeros años de universidad a través de una pantalla. “Creo que este es el real inicio, donde finalmente todo lo que hemos luchado, soñado y esperado se hace realidad. Hoy nos entregan el delantal, pero aún así más allá de eso, hoy nos entregan una armadura con la que podemos enfrentar la vida, un choque de realidad que nos hace entender que estamos aquí, parados, en proceso de ser futuros médicos y médicas”, expresó.