- Durante dos años levantaron un diagnóstico participativo y diseñaron de manera conjunta, con las comunidades, una propuesta de intervención.
Con una jornada denominada "Promoción del buen vivir desde un enfoque territorial y colectivo", el bloque Salud y Sociedad II de la carrera de Medicina cerró dos años de intenso trabajo en la comunidad, el que se desarrolló pese al contexto de pandemia.
Nuevas estrategias y mayor creatividad fueron necesarias durante estos años para poder llevar a cabo un diagnóstico participativo, primero, y una estrategia de intervención con trabajo en el territorio, luego, por parte de las y los alumnos, sorteando las dificultades que impuso el confinamiento y el distanciamiento físico. Gran parte de los proyectos se centraron en la salud mental de las y los integrantes de los colectivos, y buscaban responder a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de las Naciones Unidas.
Los proyectos presentados por las y los estudiantes fueron: “Conocerte, conocerme, conocernos” desarrollado con los funcionarios del Centro de Cumplimiento Penitenciario de San Felipe; “Autocuidado por un mejor Aconcagua” para el Colectivo Dignidad Aconcagua y Derechos Humanos; “Cuidando nuestra salud menta”, con Colectivo Disidencia Akunkawa; “El fuego que podemos apagar todos”, con la 3ª Compañía de Bomberos de San Felipe; “Me cuido, cuidándonos. Es momento de cultivar nuestra salud mental”, para la comunidad Escuela Bernardo O’Higgins; “Me cuido para cuidar mejor: mente sana, cuerpo sano, cuidado sano” para la Agrupación de Mujeres Cuidadoras de Aconcagua; “Entregando herramientas para una comunicación efectiva a los jóvenes de la casa Walter Zielke; y “Mentalizando la salud” para el Consejo Consultivo HOSCA. Para ello contaron con la tutoría de los profesores Cristian Torres, Daisy Iturrieta, Carolina Vilches, Erika Silva y Valeria Iturrieta.
La coordinadora de la asignatura, profesora Daisy Iturrieta, explicó que la jornada busca visibilizar y poner en valor los procesos de vinculación comunitaria y acciones promocionales del buen vivir de los estudiantes de Medicina a partir de lo realizado en el bloque Salud y Sociedad I y Salud y Sociedad II.
“La intersección entre salud y sociedad se construye en los territorios, haciendo énfasis en la importancia de integrar en la formación médica pilares tan importantes como el enfoque de derechos, interculturalidad, género y diversidad, equidad, medio ambiente, entre otros. No todo está descrito en los libros, por lo que hay aprendizajes que solo las experiencias y vivencias nos pueden otorgar y una de ellas, sin duda, es la posibilidad de que nuestros estudiantes puedan educar a la comunidad en los primeros años de su formación médica”, agregó.
En una jornada híbrida y con asistencia de algunos miembros de la comunidad, los grupos fueron dando cuenta del diagnóstico, priorización y análisis del problema desarrollado en 2020, los objetivos del proyecto y actividades realizadas en 2021, así como facilitadores y obstaculizadores del proceso.
Apoyo y preocupación
La agente clave Paola Leiva, del proyecto “Autocuidado por un mejor Aconcagua”, calificó de “fundamental el apoyo para la vida, para nuestro entorno personal, social y desde la perspectiva del desarrollo humano. Estoy muy agradecida del apoyo de ustedes; sin duda van a ser grandes profesionales”.
Siria Mena, cuidadora e integrante de la organización “Yo cuido”, agradeció el proyecto de las y los alumnos. “Fue muy hermoso el trabajo que realizaron, nos enseñaron de nuestras necesidades, que nos ahogábamos en un vaso de agua, pero nos enseñaron a nadar en ese vaso. Gracias por las intervenciones, preocupación e incluso la visita que nos hicieron en nuestros hogares”.
En la reflexión final del grupo de estudiantes Arturo Heger, Paula Flores, Francisca Puentes, Joaquín Manzo y Tomás Medrano, quienes trabajaron con el colectivo Dignidad Aconcagua y Derechos Humanos, explicaron que su interacción estuvo enfocada en la salud mental como aporte a una salud integral de las personas. “Intentamos contribuir con un grano de arena al cumplimiento de la meta de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, específicamente el 3 de salud y bienestar y el 17 de alianzas para lograr los objetivos, a partir de poder integrar herramientas para un mayor manejo de las emociones”.