“Bordar ha sido desde los tiempos de Violeta Parra una herramienta para denunciar lo injusto, lo que los territorios no merecen. Hilo y aguja son una herramienta usada para defender la tierra, sus recursos y la sustentabilidad”, explica Erika Silva, bordadora del colectivo Memorarte y profesora del electivo “Bordando para incidir” de la carrera de Medicina del Campus San Felipe.
Como cada año, la profesora participa en un Encuentro Internacional de Arte Textil y Resistencia, que este año desarrolla su tercera versión y a la cual fue invitado a participar con su experiencia -a través de un video- el estudiante Martín Castro, alumno de primer año de Medicina Campus San Felipe.
Martin cuenta que se interesó en el electivo porque le permitiría combinar los estudios, pero lo que descubrió en el bordado textil fue algo muy distinto y que lo atrajo aún más a la técnica.
“Era mucho más de lo que esperaba. El curso buscaba que aprendiéramos a comunicar nuestros pensamientos y sentimientos a través de los bordados. Muchas veces uno no sabe cómo expresarlo y el bordado es un medio”, señala.
Durante el curso, Martín realizó dos bordados: el primero, correspondiente al cuarto objetivo de desarrollo sostenible, de una educación de calidad, y el segundo, acerca de una noticia de la pandemia que le generara disconformidad.
“Por eso hice uno de las ollas comunes porque me da rabia que la gente no puede salir a la calle y si no sale, no puede comer. Tenía telas negras e hilo para coser y con eso lo hice. Es lo más simple posible, lo importante es el mensaje. No va en el detalle”, explica.
Y agrega: “yo antes no comprendía por qué la gente marchaba, porque vivo en una zona más alejada donde no se ven muchas marchas. Uno tiene que entender algo para poder opinar y el bordado me sirvió para entender y expresarme por qué la gente se arriesga a ciertas cosas para manifestarse. Creo que cuando sea médico voy a tener mi bata y le voy a bordar cosas, mensajes de lo que opino”.