A toda máquina avanza la campaña por desarrollar 10 mil escudos faciales para el personal de la salud pública de la Región que llevan adelante la Universidad de Valparaíso, los hospitales Carlos van Buren y Gustavo Fricke, municipalidades, los servicios de salud Valparaíso/San Antonio, Viña del Mar/Quillota y Aconcagua, la UTFSM, la PUCV, la UVM, la UAI y la comunidad “maker” de Valparaíso.
La campaña fue lanzada oficialmente vía Zoom por representantes de cada una de las instituciones participantes de la iniciativa, que ya suma requerimientos por un total de 6.500 escudos. Todas las donaciones se están recibiendo en el edificio Hucke -convertido en lugar de acopio, donde se encuentra la Facultad de Ingeniería UV y en cuyo interior funciona el Fab Lab UV, centro neurálgico del desarrollo de los escudos-, mediante un proceso de entrega "sin contacto", ya que no es necesario ingresar al edificio, sino solamente dejar la donación a través de la reja.
En https://www.3dvalpo.cl/ se encuentra toda la información para quienes quieran colaborar, básicamente en tres áreas: los “makers” o quienes tengan impresora 3D pueden imprimir los cintillos recomendados y enviarlos al centro de acopio, también se pueden donar materiales como elásticos comunes (nuevos) o metros de elástico con ojales (nuevo); aportar con micas, ya sea resmas de micas transparentes tamaño carta u oficio o A4 (200 micrones o 300 micrones) y rollos de plástico para impresoras 3D, más conocido como PLA 1kg, de 1.75mm (cualquier color); y, finalmente, también se pueden donar dinero para materiales en la cuenta Centro Tecnológico Hospitalario UV.
Esteban Sefair, decano de la Facultad de Ingeniería UV, señaló que “la campaña se basa en un sistema solidario, colaborativo y comunitario. Son muchas las instituciones públicas y privadas que están uniendo esfuerzos para apoyar la gestión de los servicios de salud públicos de la Región. Lo más importante, y en esta alianza queda demostrado, es que cuando varias universidades de la zona se unen con un objetivo común podemos cumplir con el mandato de contribuir al desarrollo de la Región”.
En tanto, Pablo Roncagliolo, director de la Escuela de Ingeniería Civil Biomédica UV, señaló que “la iniciativa está tomando fuerza y las necesidades de estos implementos de seguridad para el personal de salud siguen en aumento. Ya tenemos requerimientos por 6.500 escudos. Hemos generado un canal de comunicación con los “makers” individuales a los cuales estamos apoyando con PLA para sus impresiones 3D, pero a nivel de universidades también queremos aumentar la participación y generar espacios de difusión al interior de nuestras comunidades”.
Solidaridad y cooperación
Para el decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valparaíso, Antonio Orellana, “hay que destacar la solidaridad, espíritu de cooperación, unidad de propósitos y la disposición a colaborar que han manifestado todas las instituciones que adhirieron a esta iniciativa. Esto no sólo nos permitirá avanzar en el combate contra la epidemia del Covid-19, sino que también contribuir -de manera decidida- al cuidado y bienestar de los profesionales de la salud que a diario atiende a las personas infectadas, para evitar que estos se contagien”, sostuvo el doctor Orellana.
Por su parte, el director de la Escuela de Medicina de la UV, Rodrigo Vergara, afirmó que esta campaña ha permitido trabajar en el desarrollo de un modelo de escudo facial que satisfaga las necesidades del personal de la salud.
“Este trabajo ha sido grande y muy positivo. Entre las opciones de fabricación escogidas figura un prototipo que liberó el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), que ojalá sea de utilidad”, precisó. Vergara destacó, además, que esta iniciativa busca reforzar la atención que brindan los campos clínicos de la Región, con los cuales la Escuela de Medicina y la UV, en general, mantienen una estrecha y fructífera vinculación.
En tanto, representantes de los servicios de salud presentes en el lanzamiento de la campaña valoraron la iniciativa, debido a que permitirá entregar protección a los trabajadores del sistema público de salud, contribuyendo a evitar el contagio, por medio de soluciones impulsadas por las propias universidades de la región y la comunidad de “makers”.