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Profundo pesar por el fallecimiento del profesor Eduardo Couve

02 Ene 2020

Profundo pesar ha causado en la comunidad universitaria, la inesperada noticia del deceso del destacado académico del Instituto de Biología de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Valparaíso Eduardo Couve Montané, producida durante la noche de este 1 de enero.

La información tomó de sorpresa a colegas, funcionarios y estudiantes que formó, durante su trayectoria académica, que se extendió por cincuenta años.

Junto a sus responsabilidades en la Facultad de Ciencias, donde también realizaba clases en el programa de Magister en Neurociencias, también impartía docencia de pre y postgrado en la Facultad de Odontología. Además, fue profesor de la cátedra de Biología Celular de la Escuela de Medicina.

Su investigación en odontoblasto y células de Schwann le permitió desarrollar importantes papers. Uno de ellos, recientemente, le valió ser la portada del año 2019 de la prestigiosa revista científica Journal of Dental Research (JDR).

Eduardo Couve se tituló de cirujano dentista de la Universidad de Chile (1976) y desde sus primeros años de formación fue ayudante de alumnos del ramo de Biología Celular de la carrera de Medicina. Además, como estudiante comenzó a visitar el laboratorio de microscopia electrónica, donde conoció al técnico de laboratorio, Fidel Vargas, con quien trabajó desde la década de los ‘70.

Sus cercanos destacan no solo su pasión por su trabajo, sino que también por la fotografía, la poesía y la pintura.

“Era una persona muy respetuosa con todos. Muy agradable. Nunca tuvo problemas con el personal administrativo y era muy conciliador. Le encantaba su trabajo, llegaba muy temprano al laboratorio. Era un profesor muy exigente. En los tiempos en que no había internet, viajaba todas las semanas a la biblioteca de la PUC, en Santiago, a buscar los últimos papers que se publicaban en biología celular. Llegaba con un alto de carpetas, las estudiaba. Le gustaba estar siempre muy actualizado y con ese material preparaba sus clases. También era fanático de la fotografía y publicó dos libros: uno sobre los ascensores y otro sobre las escaleras de Valparaíso. Intelectualmente era muy inquieto. Trabajamos tantos años juntos que me consideraba su amigo”, señaló Fidel Vargas.

Oliver Schmachtenberg, doctor en Neurociencias y co-autor de algunos trabajos de investigación del profesor Couve, señaló: “Eduardo tenía muchos planes todavía. Estaba remodelando su laboratorio y oficina. Trabajaba activamente en establecer el mejor centro de Microscopia, tanto de luz como de electrónica, de Chile. No tenía ganas de jubilarse. Recién habíamos ido juntos a un congreso a Puerto Varas, donde fue incorporado, formalmente, como miembro de la Sociedad de Biología Celular de Chile y se reencontró con muchos colegas, lo que fue muy bonito y emotivo. Alcanzamos a pasear un día por la ciudad de Angelmó, donde comimos mariscos (era fanático de los erizos). Era como esos maestros antiguos: riguroso y profundo en su conocimiento (en su caso de biología celular, evolución y por su puesto todo lo que tiene que ver con el campo de la odontología). Él realizaba el curso de Biología Celular, una de las mejores cátedras de la Universidad y también uno de los cursos más temidos por los estudiantes. Para mí, en los últimos diez años fue un maestro, de quien he aprendido innumerables cosas, en biología general y celular, pero también era un talentoso fotógrafo, tomaba imágenes de la vida bohemia de Valparaíso, sus ascensores y sus escaleras. De hecho este 31 de diciembre pasado salimos y tomó fotos de los barrios antiguos de Valparaíso. También admiraba la pintura y escribía poesía, aunque nunca publicó”.

El profesor Couve fue fundamental en el desarrollo de la microscopía óptica y electrónica en la Facultad de Ciencias. Así lo destacó su amigo y compañero de numerosos viajes, el decano Juan Kuznar: “Fue relevante en todas sus expresiones técnicas y científicas, llegando ser junto a Oliver Schmachtenberg gestores de un laboratorio de microscopía, si no único, al menos probablemente uno de los más completos de Latinoamérica. Siguió paso a paso toda la evolución de la microscopía, desde imágenes en blanco y negro bidimensionales hasta sorprendentes imágenes a pleno color, mostrando la magnificencia de la vida y en tres dimensiones. Su sencillez y devoción por el trabajo bien hecho, probablemente le hicieron olvidarse de sí mismo, cosa que todos lamentamos. Deja un espacio muy grande como amigo, científico y persona en general”.

El doctor Kuznar complementó que poseía una gran sensibilidad artística que “permitía visualizar poéticamente rincones de Valparaíso que pocos ven a través de la fotografía, que dominaba a la perfección. Este mismo talento le permitió avanzar sin pausa en el arte de extraer los misterios de la vida celular a partir de fotografías obtenidas a través de la microscopía óptica y electrónica”.

Finalmente, el director del Instituto de Neurociencias UV, Agustín Martínez, expresó que “como Instituto de Neurociencias lamentamos profundamente la partida de nuestro colega y amigo Eduardo Couve, quien dejará un vació tremendo en nuestra Facultad de Ciencias, no solo como académico y científico, sino también en lo personal y humano. Como bien lo refleja la carta que enviaron Oliver y nuestro decano, Eduardo era nuestro cultor más avezado y talentoso en el desarrollo de la biología celular y de las variadas técnicas de microscopía, que el dominaba de manera exquisita. Además de eso, su talento artístico complementaba a la perfección su búsqueda de la mejor foto, no solo en el microscopio, sino también en las fotos de la vida. Para mí, como persona, es una tremenda pérdida, pierdo a un colega amigo. Nunca olvidaré la generosidad de Eduardo, me invitó a participar del curso de Biología Celular y muchas veces me sentía un alumno más de este curso, disfrutando de la mayor experiencia y visión de Eduardo, quien será extrañado profundamente por todos nosotros en el Instituto y en el CINV”.