El informe de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ACNUDH) sobre su misión en Chile, entre el 30 de octubre al 22 de noviembre de 2019, para constatar presuntos excesos de las fuerzas de orden público en el marco de las protestas que se desarrollan en el país, citó dentro de la literatura empleada, el Informe sobre uso de gases lacrimógenos por parte de agentes del Estado, desarrollado por internos de Medicina UV Casa Central y el profesor doctor Aníbal Vivaceta.
En el texto de 35 páginas, que concluye que "de la información recopilada por la ACNUDH hay razones fundadas para sostener que, a partir del 18 de octubre, se han producido un elevado número de violaciones graves a los derechos humanos", recoge en el punto 30: “según la información recopilada por la ACNUDH, la policía ha utilizado irritantes químicos, especialmente gases lacrimógenos, para dispersar manifestaciones
no violentas, a menudo junto con escopetas antidisturbios”, para lo cual se cita como material científico de consulta, el “Informe sobre el uso de gases lacrimógenos por parte de agentes del Estado, Universidad de Valparaíso, noviembre de 2019, pág. 12.
Para el profesor tutor del informe, doctor Aníbal Vivaceta, la primera sensación es de una profunda desolación porque se trata de la documentación de violación de derechos humanos en nuestro país, y que ocurre en forma continua y con patrón repetido en cuanto a las víctimas y victimarios. Por otro lado, resulta reconfortante del punto de vista de la academia poder hacer cosas que sirvan de manera práctica.
“Muchas veces -precisó- la academia genera un trabajo desconectado de la vida real y autorreferente y autovalidado entre académicos. No siempre tenemos la oportunidad, y las ganas también, de abordar estas situaciones donde podemos hacer aportes específicos, leer material y sistematizarlo. Tenemos la desdicha que uno de los temas que planteamos que las lacrimógenas no sólo generan daño por el gas, sino por los otros compuestos y que los usuarios tienen problemas para dosificar el producto”.
Junto a lo anterior, mencionó el incremento del uso de bombas lacrimógenas tras el 19 de noviembre -cuando la justicia prohibió el uso de balines de Valparaíso- produciéndose mayores traumas oculares y en la cabeza por el uso de las bombas.
Opinó que es parte fundamental del quehacer universitario instar a que los estudiantes usen sus capacidades para aportar a situaciones concretas y conectadas con la realidad nacional.