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Medicina UV ofrece internado electivo rural con enfoque intercultural

02 Jul 2019

Diversas son las celebraciones del WeTripantu o Año Nuevo Mapuche que se han desarrollado en nuestro valle de Aconcagua, una fecha en que los pueblos originarios conmemoran el solsticio de invierno, el cual marca el inicio de un nuevo ciclo de vida. 

Como una forma de vincular a los estudiantes de Medicina con las distintas realidades de las comunidades ancestrales y poner en valor los saberes medicinales de éstos, la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso, Campus San Felipe, inició este año un Internado electivo rural con enfoque intercultural, el que cuenta con la participación de 33 internos de sexto y séptimo año, quienes semanalmente desarrollan actividades vinculadas a las postas rurales en Putaendo y Catemu y cada viernes realizan pasantías con las organizaciones de pueblos originarios vinculados al Programa Especial de Salud y Pueblos Indígenas (PESPI) que desarrolla el Servicio de Salud Aconcagua.

El Internado electivo rural consiste de un curso de cuatro semanas de duración, con una dedicación exclusiva de 44 horas semanales o según los requerimientos del Cesfam y está destinado a alumnos de último año de la carrera de Medicina.

Como internado práctico está orientado a que los alumnos se integren al contexto de ruralidad, para conocer las condiciones de vida y características del proceso salud-enfermedad-atención de las personas que habitan los territorios en los que se lleva a cabo.

"El marco orientador se basa en los enfoques que el Modelo de Atención Integral de Salud Familiar y Comunitaria ha incorporado para su hacer, poniendo en valor el enfoque de derechos, determinantes sociales, género, participación social e interculturalidad. El internado hace especial énfasis en el reconocimiento de la existencia de distintos saberes, creencias, costumbres e historias sociogeográficas, las que determinan las formas de entender y cuidar la salud, por lo que conocerlas aportará a que los futuros médicos propicien el derecho a una atención con pertinencia cultural y más inclusiva", explica la coordinadora del internado, profesora Daisy Iturrieta.

"Desde ese marco -precisa- el internado favorece la participación del estudiante en acciones de promoción, prevención, recuperación, rehabilitación e integración socio-comunitaria, propiciando la relación con los distintos profesionales, agentes de salud y organizaciones comunitarias, fomentando de esta manera el desarrollo de habilidades comunicativas, de liderazgo, trabajo en equipo y compromiso social, así como también el reconocimiento de la interculturalidad y diversidad cultural como un enfoque a desarrollar desde su práctica médica".

El antropólogo Cristian Torres, docente de Medicina, explica que las actividades se realizan en la red de atención primaria de salud del Valle de Aconcagua, centros de salud familiar (CESFAM) de Catemu y Putaendo, Centros Comunitarios de Salud Familiar (CECOSF), Estaciones médico rurales (EMR), en las dependencias de atención del Programa Especial de Pueblos Indígenas (Ruca de Santa María) y en terreno con organizaciones de la sociedad civil y representantes de comunidades de pueblos indígenas.

La alumna Paula Guevara cursó el internado en mayo de este año, ocasión en que pudo compartir con pacientes, dar solución a distintos problemas propios de la ruralidad y establecer una mayor cercanía con la gente.

“Para mí fue una experiencia muy enriquecedora. Se da una relación muy linda con la gente muy cercana. Compartimos con la machi y las comunidades del programa PESPI en las comunas de Llay Llay, Calle Larga, Putaendo y Santa María donde pude ver otra parte de la salud, hacer una medicina más integral y complementar la medicina occidental”, relata.

En tanto, el Felipe Vargas sostiene que el internado fue un gran aporte a su formación médica “porque abre un ámbito que pocas veces se habla en la educación médica como es la salud de los pueblos indígenas, en especial de los mapuches, que es el pueblo más amplio en Chile”.

Durante un mes tuvo la oportunidad de conocer su cosmovisión y cómo incide en su salud. “Tuvimos instancias muy bonitas con comunidades de pueblos originarios y con la machi, lo que nos deja una reflexión importante acerca de las diferencias que, muchas veces, no son respetadas por el sistema de salud occidental”, relata.

“Conocimos el programa PESPI que está enfocado en disminuir estas diferencias y dar una atención integral y enfocada a las necesidades especiales de los pueblos indígenas. Fue experiencia muy enriquecedora que debiera ser obligatoria no electiva para los médicos en formación del país”, concluye.