Incluso utilizando anteojos especiales niños y adolescentes corren riesgo de sufrir daño en los ojos por mirar el eclipse
El próximo martes 2 de julio, trate de evitar que sus hijos pequeños o adolescentes miren el eclipse en forma directa, aun cuando utilicen para ello anteojos con la protección adecuada.
Según explica el jefe de la cátedra de Oftalmología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso, Martin Hoehmann, las personas más jóvenes corren mayor riesgo de sufrir daños en su vista debido a las características de sus ojos.
“Los niños y los adolescentes son más susceptibles de sufrir daños al mirar el eclipse no solo porque se suelen sacarse los anteojos especiales -al no estar conscientes del daño, y por eso hay que vigilarlos-, sino por el hecho de que en los jóvenes el cristalino, que es el lente natural del ojo que enfoca la luz hacia la retina, es más transparente y deja pasar más luz que el cristalino de personas de mayor edad. Además, las personas más jóvenes tiene las pupilas más grandes, lo que también favorece esta situación”, asegura el especialista de la UV.
En efecto, este último sostiene que la acción de mirar el sol no es natural y por eso hay que protegerse. “Por eso, y aun cuando dispongan de anteojos certificados con la norma ISO 12312-2, yo les recomendaría a los padres de niños pequeños que ojalá lo hagan en forma indirecta, mediante métodos de proyección simples. Por ejemplo, a través de una cartulina u otro material que permita ver la sombra o el efecto que el eclipse genera en el suelo o en un papel. Y si les permiten ver el eclipse, que se aseguren de que sus hijos lo hagan utilizando los lentes de protección con el filtro solar que dicta la norma y por períodos muy cortos, para evitar daño”, sostiene el doctor Hoehmann.
Otros casos
El oftalmólogo también advierte sobre el daño que igualmente pueden producir otros fenómenos naturales o acciones similares.
“Antiguamente, este tipo de daño en la retina se daba solamente por mirar el sol, pero en la actualidad también se ha diagnosticado por ver relámpagos, realizar soldadura al arco sin protección -lo que pueden además afectar la córnea, que es algo muy doloroso- y por el mal uso de los punteros láser, de los que también hay casos con daño irreversible en la retina”, asegura Martin Hoehmann.
También advirtió sobre los negativos efectos que tiene la práctica del Sungazing, que consiste en mirar al sol al atardecer.
“Si se va a mirar el sol con la protección recomendada igualmente hay que hacerlo por períodos cortos de observación (no más de un minuto y medio), con pausas entre una observación y otra, y ojalá hacerlo en forma indirecta. Además, no se debe olvidar que exponerse al sol de esta manera podría generar, a futuro, daños en piel de los parpados (cáncer) e incluso cataratas”, concluye el especialista.